Tendrás lo que sea que digas. Devocional. De Joseph Prince
Marcos
11:23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate
y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo
que dice, lo que diga le será hecho.
Dios dice que tendremos lo que sea que digamos. Entonces, sea lo que sea que queramos tener, debemos
decirlo y tenerlo. Desafortunadamente, a menudo decimos lo que no queremos
tener.
Por ejemplo, decimos:
"No sé por qué se va mi dinero tan rápido todos los meses. Incluso cuando
mi jefe me da un aumento, nunca parece haber suficiente dinero". Y
llega a ser verdad, vemos la falta de dinero al final de cada mes.
Verás, tendrás todo lo
que dices, bueno o malo. Entonces, ¿por qué no cambiar lo que has estado
diciendo y declarar: "De ahora en adelante, tendré más que suficiente
porque Jesús se hizo pobre en la cruz, para que yo pudiera ser provisto
financieramente. 2 Corintios 8:9. ¡Así que, ¡carencia vete en el nombre de
Jesús! "
Cualquiera que sea la
montaña de dificultad que tengas, ya sea una montaña de deudas o una condición
de salud grave, Jesús dice: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate
en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere
que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho".
Jesús resalta la
importancia de “decir” al mencionar tres veces la palabra "decir” (en
diferentes conjugaciones), pero la palabra "creer" solo una vez.
Nuestro problema hoy es que hay más predicación sobre creer que sobre decir.
Entonces, la razón por la cual a las personas les resulta difícil caminar con
fe es porque no están diciendo lo suficiente de la Palabra.
Pero si nos enfocáramos
más en decir la Palabra de Dios, la fe vendrá. Así es como Dios avivó la fe de
Abraham. Él cambió la confesión de Abraham cuando cambió su nombre de Abram a
Abraham, que significa "padre de muchas naciones" (Génesis 17:5). A
partir de ese momento, cada vez que Abraham se presentaba, él decía:
"Hola, mi nombre es Padre de muchas naciones".
Amado, declara tu
abundancia, diciendo: "El Señor es mi Pastor, nada me faltará" (Salmos 23:1) Habla acerca de tu sanidad, diciendo: "Por la llaga de Jesús
he sido curado" (Isaías 53:5) ¡Y tendrás lo que sea que digas!
Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”
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